La tecnología es un pilar esencial en la medicina moderna, lo que hace imprescindible disponer de las herramientas más avanzadas y de evitar caer en la obsolescencia del equipamiento médico.
Reconociendo esta necesidad, España ha logrado progresar significativamente en la disminución de la obsolescencia de su equipamiento médico.
No obstante, es crucial desarrollar una estrategia nacional que asegure la continuidad en la actualización del equipo tecnológico de los hospitales públicos, para que su vida útil se mantenga en línea con las recomendaciones de organismos internacionales, según se detalla en el informe más reciente, Perfil tecnológico hospitalario: propuestas para la renovación, elaborado por la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin).
“El porcentaje de equipos nuevos se eleva al 42% del total, frente al 35% de 2021, según el último informe de Fenin.”
INVEAT impulsa las mejoras en el sector sanitario
España avanza positivamente en la reducción del nivel de obsolescencia de su parque tecnológico sanitario gracias a planes de inversiones como INVEAT.
Desde 2009, Fenin recopila y analiza de forma periódica datos sobre el nivel de obsolescencia del equipamiento tecnológico sanitario público y privado en España.
El último de estos informes, publicado en diciembre de 2021, alertaba de la todavía alta cifra de equipos instalados en hospitales que superaban la vida máxima útil recomendada (entre 10 y 12 años, en la amplia mayoría de familias tecnológicas).
Entre la edición de 2021 y la actualización ahora presentada —con datos a cierre de 2023—, el Ministerio de Sanidad ha desarrollado el Plan INVEAT que ha permitido renovar y/o incrementar cerca de 850 equipos de “alta tecnología” en hospitales públicos y cuyo impacto se analiza en dicho informe.
“El balance global indica que aquellas tecnologías analizadas en este informe que han formado parte del INVEAT muestran una mejora muy significativa tras la ejecución de este plan y se han mejorado las capacidades diagnósticas y de tratamiento del sistema sanitario”, ha señalado Carlos Sisternas, coordinador del Sector de Tecnologías y Sistemas de Información Clínica de Fenin.
Así mismo, remarca que “debido a la velocidad de los cambios tecnológicos, la obsolescencia es un factor a tener en cuenta para poder definir nuevos estándares de vida útil de los equipos para garantizar una mejor atención al paciente”.
Impulsando la calidad asistencial
Disponer de equipos renovados en centros hospitalarios no solo facilita resultados diagnósticos y terapéuticos más precisos, sino la mayor seguridad de profesionales sanitarios y pacientes, y, por ende, la mejora de eficiencia y la calidad asistencial.
Organismos internacionales como el Comité de Coordinación Europeo de la Industria TI Radiológica, Electromédica y Sanitaria (COCIR) recomiendan que en los centros hospitalarios rija la conocida como ‘golden rules: regla 60-30-10’: un 60% de equipos disponibles con menos de 5 años, un 30% entre 5 y 10 años y no más de un 10% con una antigüedad superior a 10 años (los cuales se considerarían obsoletos).
Reducción del 25% de equipos “obsoletos”
En concreto, el informe precedente de 2021 recogía que, en el cómputo de grupos tecnológicos analizados, el 35% del equipamiento acumulaba menos de 5 años de funcionamiento; un 22% se situaba entre los 5 y 10 años; y un 43% superaba los diez años de antigüedad.
La actualización del informe indica que —con datos a cierre de 2023—, el porcentaje de equipos ‘nuevos’ en hospitales públicos y privados se eleva ahora al 42% del total, mientras que un 25 por ciento cuenta entre 5 y 10 años.
Por último, un 33 por ciento todavía supera el umbral límite recomendado de los diez años, si bien este dato supone una reducción del 25% respecto al registrado en 2021.
Como ejemplos positivos, cabe destacar que según el informe de 2021 más de la mitad (52%) de equipos de soporte vital empleados en el SNS superaba los 10 años de antigüedad y ahora, tres años después, se sitúa en el 22%.
También el grupo de equipos de tomografía computarizada (TC) presenta mejoras significativas en el último trienio: de un 35 por ciento de equipamiento considerado obsoleto se ha reducido al 20 por ciento tras la ejecución del Plan INVEAT.
Pese a los avances generales, hay familias tecnológicas en las que aún se atisba margen de mejora, como en el grupo de equipos de radiología —con un 66% de equipos por encima del umbral que marcaría la obsolescencia—, de mamografías —con el 53% de equipos con una ‘vida’ superior a la recomendada— o de endoscopia (46%) y los ecógrafos y los sistemas digitales de inyección de contraste —con un 30% por encima del umbral de obsolescencia.
Importancia de la planificación
Pese a los avances que ha deparado el Plan INVEAT, aún existe una necesidad acuciante de modernizar y seguir renovando el parque tecnológico sanitario público.
En especial, hablamos de aquellos grupos equipamientos tecnológicos que no han sido cubiertos por el Plan INVEAT y los denominados “equipos satélites” que son fundamentales en el empleo de equipos principales: sistemas de comunicación y archivo de imágenes (PACS), sistemas de infusión, etc.
Los participantes en este encuentro coinciden en que es necesaria una planificación para la renovación permanente de equipos, atendiendo en cada momento las necesidades sociosanitarias cambiantes, y un plan para mantenimiento preventivo y reemplazo de los equipos ahora instalados, que evite incurrir nuevamente en la obsolescencia.
“Esperamos que el Plan INVEAT tenga continuidad con otras estrategias o nuevas fases dentro de él, y que esta actualización del informe vuelva a ser tenida en cuenta en el desarrollo de estas iniciativas”, ha concluido Carlos Sisternas.